sábado, 22 de enero de 2022

Mal de Chagas: una enfermedad que chincha mucho

 


La enfermedad de Chagas está causada por un parásito llamado Trypanosoma Cruzi. Este bicho, un protozoo flagelado en realidad, suele emplear animales salvajes para instalarse cómodamente, pero de vez en cuando pasa a los humanos, es lo que se llama zoonosis, y para pasar de un animal a un humano lo hace a través de un vector, es decir, un insecto del grupo de los triatominos o también llamados insectos besadores, nombre este algo raro, pero aun así más comprensible y fácil de pronunciar que el de triatominos.

Entre estos insectos besadores se encuentra la chinche, un bicho que incordia bastante (de ahí el verbo chinchar) porque al picar chupa sangre ya que es un hematófago o, lo que es lo mismo, se alimenta de sangre. Pero la puñetera chinche no solo se limita a fagocitar hematíes, en el proceso puede pasar el Trypanosoma Cruzi, un regalo envenenado porque este protozoo puede provocar serios problemas en los humanos.

La enfermedad que produce este parásito se llama Mal de Chagas porque fue Carlos Justiniano Ribeiro das Chagas el investigador brasileño que descubrió el agente causante. Que digo yo que por qué llamarlo Mal DE Chagas, si Chagas precisamente abrió la puerta a su cura, o sea, que hizo más bien que mal. Dejando cuestiones filosófico léxicas, indagaremos un poco cómo este señor, médico investigador, descubrió el tripanosoma. En 1909 le mandaron a combatir una epidemia de malaria que se había declarado entre los trabajadores que participaban en las obras de un ferrocarril. Este hombre se montó un laboratorio en un vagón de tren y ahí se dedicó a analizar las muestras que obtuvo en diferentes lugares. Lo primero que vio es que en las viviendas de los trabajadores del ferrocarril había gran cantidad de chinches, y al diseccionarlas observó que dentro había otro “bichito” que tenía características similares a otros protozoos llamados tripanosomas (entre los que se encuentra el causante de la enfermedad del sueño), pero con algunas peculiaridades diferentes, al final lo bautizó de nombre Trypanosoma y de apellido Cruzi (este en honor a su jefe que se apellidaba Cruz).

Chagas no solo identificó el causante de la enfermedad que lleva su nombre, también estudió todo el proceso infectivo: el reservorio natural es un animal salvaje, la chinche le pica, se lleva el tripanosoma, luego pica a un humano y le pasa el protozoo. Si bien en los animales y en la chinche el parásito no tiene efectos reseñables en los humanos la lía parda.

Un humano infectado puede estar una temporada sin síntomas, salvo una pequeña hinchazón en el lugar de la picadura, pero al cabo de un periodo más o menos variable (unos pocos días o varias semanas) empieza a tener fiebre, el hígado y el bazo aumentan de tamaño, esto en los casos más leves. En los más graves la cosa se complica, el corazón se ve afectado, el esófago y el colon se dilatan; el sistema nervioso también puede verse perjudicado provocando demencia y alteraciones neurológicas como encefalitis con pronóstico fatal, o sea, muerte.

Pero no solo la chinche puede transmitir la enfermedad; transfusiones de sangre contaminada pueden repartir tripanosomas, embarazadas infectadas pueden pasarlo a sus fetos vía placenta. Como, además, las chinches tienen la costumbre de picar a varias personas a la vez, si pica a una infectada, le pueda pasar también la enfermedad a la siguiente a la que le toque el picotazo.

Esta enfermedad tiene prevalencia en las zonas más pobres de América Latina. La OMS la considera una de las trece enfermedades tropicales más DESATENDIDAS del mundo.

Según la OPS (Organización Panamericana de la Salud) estos son los datos estadísticos

Datos OPS/OMS

El tratamiento se basa en dos fármacos descubiertos hace más de cincuenta años, a pesar de que su efectividad no es muy alta. Hasta hace poco más de diez años, NINGÚN laboratorio se puso a la tarea de buscar otras alternativas o de mejorar las que hay, lo que da idea de lo poco que importan algunas enfermedades cuando la población afectada son unos muertos de hambre. Ahora mismo, existe una terapia combinada con dos medicamentos pero que resulta, cómo no, muy costosa y a la que es difícil acceder si no se tienen recursos, a todo esto, hay que añadir que cuanto antes se diagnostique la enfermedad, más efectivo es el tratamiento, pero para diagnosticar tempranamente también hace falta dinero.

Recientemente la OMS ha creado un programa para la lucha contra la enfermedad de Chagas que dirige otro brasileño, el investigador Pedro Albajar Viñas.

En cualquier caso, la prevención es la mejor terapia para combatir el mal de Chagas. Una buena higiene, limpieza adecuada tanto en viviendas como en los lugares donde habitan los animales domésticos (gallineros, conejeras, palomares, etc.…) es la mejor arma porque si se acaba con las chinches estas dejan de chinchar (valga la redundancia).

Para terminar abajo os pongo el cuento que MSF ha creado para dar visibilidad a esta enfermedad olvidada.

 





9 comentarios:

  1. Interesante. Había oído hablar de la enfermedad, pero lo ignoraba todo de ella, que la provoca un tripanosoma, que la transmiten las chinches...
    Por cierto, me pide que solicite permiso para poder acceder al cuento. No recuerdo que la vez anterior me pasara.
    Un beso y feliz fin de semana.

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    1. Ya he recibido permiso y ya lo he abierto. Por cierto ¿conoces esa canción de les Luthiers que dice "la vinchuca cuando muge hace vinchú, vinchú". Es buenísima, por dios...

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    2. Yo supe de esa enfermedad en la asignatura de parasitología, y recuerdo que mi principal preocupación era aprenderme las diferencias con el tripanosoma de la enfermedad del sueño y el ciclo de vida del parásito (ya sabes, vectores, reservorios naturales, y todo el rollo parasitológico). Lo de que desde los años 60-70 no salían medicamentos nuevos se le olvidó decirlo al profe de la asignatura, aunque como no era farmacéutico puede que ni lo supiera.
      No he oído la canción que citas, pero me ha entrado curiosidad y voy a buscarla, ja, ja, ja. Por cierto vinchuca es como se llama a la chinche en Argentina.
      Creo que no pudiste ver el enlace al cuento porque estaba en "privado" o algo así, espero haberlo solucionado porque, que yo sepa, la manera de compartir un pdf en blogger es a través de Drive y como apenas lo uso me hago un lío. Espero que ahora ya lo pueda ver todo el mundo porque, creo, ya lo he puesto "público".
      Un besote.

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  2. Muy interesante como siempre.
    Conocia de oidas la enfermedad pero no con tanta profundidad.
    Lo que más me ha llamado la atención fue que se montó un laboratorio en un vagón de tren, increible, uf, la verdad nunca hubiera podido imaginar que en un espacio así se pudiera montar un laboratorio, me ha sorpredido sinceramente.
    Es una pena como siempre que los países sin recursos no tengan tanto acceso a tantos tratamimentos médicos y ahora se esta viendo con la vacuna, en fin pobre gente que siempre va por detrás del resto del mundo.Los dirigentes del mundo deberián tomarse más en serio este asunto y hacer porque haya un reparto equitativo e igual para todo el mundo porque a la vida y a la salud todo el mundo tiene derecho por igual o al menos yo lo veo así.
    Un beso y buen fin de semana.

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    1. Los científicos cuando no tienen medios a su disposición se adaptan y amoldan a lo que hay, en el caso de Chagas se montó un laboratorio en lo que tenía al alcance ya que estaba en las obras de un ferrocarril: un vagón de tren. En España, los que nos dedicamos a investigar sabemos mucho de buscarnos la vida ante la falta de medios, si yo te contara qué apaños nos montamos en el laboratorio para suplir algunas carencias... la imaginación nacida de la necesidad.
      Lo de que no llega la sanidad a todas partes y equitativamente es sangrante y existe desde que el mundo es mundo, esperar que esto se solucione es soñar despierto, pero la esperanza es lo último que se pierde.
      Un besote Tere y buen inicio de semana.

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  3. Por eso siempre he sentido repulsión por los insectos. Nunca sabes con certeza si son portadores de parásitos. Una vez saltó sobre mí una chinche (en una pensión de Biarriz de mala muerte), pero afortunadamente aterrizó sobre el libro que estaba leyendo en la cama (la lectura tiene muchas más ventajas de lo que creemos), por lo que la espachurré al instante. Lo malo es que habían otras esperando su tueno en el techo (tenían su madriguera en una viga de madera) para imitar a su congénere. No sé si al ver cómo esta acabó las persuadió para irse a tomar viento o la sábana que utilicé a modo de mortaja durante toda la noche me protegió.
    Anécdotas aparte, lo que más miedo me da es que con tanto viajero intercontinental, suceda como con el coronavirus y otros bichos de cuidado, que se pasee por nuestro continente alguien, turista o inmigrante portador del protozoo de marras y otra chinche se dedique a transmitir la enfermedad por doquier. Supongo que si el Mal de Chagas llegara a Europa y diera lugar a una epidemia, los laboratorios sí se pondrían a investigar como locos para obtener un medicamento realmente eficaz. Pero mientras solo afecte a gente pobre de países subdesarrollados...
    Una vez más, la higiene se erige como una de los mejores métodos de prevención de enfermedades transmisibles.
    Muy buena tu labor divulgadora.
    Un beso.

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    1. Sabía que la lectura aporta muchas cosas buenas, pero la que tú has añadido ha sido toda una revelación, ja, ja, ja.
      Estoy de acuerdo contigo con lo de los bichos. Recuerdo cuando yo era estudiante universitaria que me fui de acampada con unos amigos, montamos la tienda cerca de un establo (a quién se le ocurre) y allí había de todo, yo estaba de los nervios y mis compañeros creían que lo que me asustaba era el daño de una picadura, cuando lo realmente preocupante para mí era lo que podía ir en esa picadura, algo que ellos no podían entender.
      También pienso, como tú, que la globalización y tanto viaje sin control desde cualquier punto del mundo es un peligro. Creo que hace unos años salió el caso de unas garrapatas venidas en un barco mercante que infectaron a varias personas.
      Por supuesto que si esa enfermedad nos afectara en occidente ya habría fármacos a disposición de todo el mundo. Cuando el ébola llegó a nuestras casas europeas ya se trabajaba con un suero que parecía funcionar bastante bien, pero como los casos fueron, al final, muy pocos y se controló la investigación se paralizó y eso que esa enfermedad mata a muchos africanos cada cierto tiempo (también hablaré de ella, por aquí y ya me despacharé a gusto). Una vergüenza.
      Un beso.

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  4. Hola, Paloma.
    La verdad es que ha sido leerte y entrarme un picor horrible. Los bichos, ¡ay! La higiene siempre es lo más importante y así se contrarresta otros detonantes.
    Y como siempre, la economía, (maldito dinero) que es la que maneja nuestras vidas, y en este caso y como bien nos dices, la investigación para encontrar otras alternativas.
    Te dejo y me voy rascándome y creo que será para un rato largo.
    Muy interesante, un placer leerte de nuevo.
    Un beso.

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    1. Hola, Irene.
      Espero que se te hayan pasado ya los picores, ja, ja, ja. No era esa mi intención.
      Hay enfermedades difíciles de curar, aunque ahí están los avances científicos como pasa con el cáncer, pero hay otras que no se curan o no se erradican simplemente porque no interesan desde un punto de vista económico, quienes las padecen son unos pobres desgraciados de los que nadie se acuerda o no los tienen en cuenta. Una pena.
      Un besote.

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