domingo, 15 de septiembre de 2019

La eugenesia y sus amiguetes


Mi abuela decía que no hay palabra mal dicha sino mal entendida. Este aforismo se puede aplicar perfectamente a la Ciencia. Muchas teorías científicas fueron reinterpretadas para satisfacer intereses espurios provocando verdaderas calamidades.
Me pregunto qué pensaría Gregor Mendel si supiera que sus experimentos con guisantes, y que fueron el origen de las teorías de herencia genética, abrieron la puerta a proposiciones que ni él sospechaba ni, supongo, habría querido.
El conocimiento de la genética está siendo muy útil para curar enfermedades, eso es innegable, pero también ha servido de excusa para que a algunos se les vaya la pinza y empiecen a degenerar. Algo así pasa con la eugenesia.
Según el diccionario de la RAE, eugenesia es la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana.
Etimológicamente la palabra eugenesia quiere decir buen origen y parentesco. Así que creo que el concepto se explica muy bien por sí mismo, pero, profundizaré un poco más.
La eugenesia busca el perfeccionamiento mediante la eliminación de los defectos que tiene la raza humana para así hacerla mucho mejor. En principio, la idea puede parecer buena. Si eliminamos, por ejemplo, la capacidad de desarrollar una enfermedad, eso supondría una muy buena mejora. O si conseguimos protegernos 'per se' contra infecciones u otro tipo de alteraciones fisiológicas, eso también estaría fetén. En cualquier caso, y para que quede claro, cuando hablo de eliminar me refiero a un gen*, no al individuo que lo posee.
Pero, las cosas no son tan sencillas, porque el término ‘defecto’ no es igual para todo el mundo. Algunos consideran defectuoso ser negro u homosexual o moreno y bajito o simplemente pobre, así que esos individuos interpretan el término de eugenesia como la forma de cargarse al débil o, mejor dicho, al que le molesta y disgusta.
El concepto de eugenesia nació en el siglo XIX, tuvo bastante aceptación ― Roosevelt y Tesla se encontraban entre sus seguidores―. Darwin algo tuvo que ver o influir (involuntariamente) para que surgiera cuando habló de la selección de especies. ‘Selección’ fue otro término que gustó mucho a los fanáticos de la eugenesia. Al amparo de esta filosofía ―pues en realidad es eso, un tipo de filosofía― se clasificó a los seres humanos como muy valiosos, poco valiosos o sin ningún valor, en función de sus rasgos genéticos, convirtiendo la eugenesia en una especie de higiene racial donde había que “limpiar” la raza humana de negros, judíos, homosexuales y, por supuesto, pobres. ¡Si Mendel levantara la cabeza!
Supongo que a estas alturas muchos estaréis pensando en Hitler, los nazis y su pureza de sangre (aria). Efectivamente, parte del ideario nazi estuvo basado en la eugenesia, pero, contrariamente a lo que cree mucha gente, esta obsesión por cargarse a otras razas no nació en Alemania. Hitler y sus colegas de holocausto leyeron, antes de llegar al poder y ponerse tan masacradores, un libro que fue un auténtico bestseller en su época, “La caída de la gran raza” escrito por Madison Grant. Fue este autor el que inspiró y convenció hasta las trancas a Adolf Hitler para hacer lo que luego hizo en los campos de exterminio y que no voy a repetir porque ya nos lo han contado en muchos otros sitios.
Así que las ideas de cargarse a granel al “inferior” se podría decir que nacieron en el país de la libertad y las oportunidades: Estados Unidos. Porque de allí era Madison Grant (1865-1937), un abogado neoyorquino que tenía entre sus aficiones el naturalismo en general y el racismo en particular.
Este señor fue un firme defensor del llamado racismo científico pues basó sus teorías de exterminio en la Ciencia ―evidentemente de una manera torticera y con muy mala intención―. Sabiendo que muchas propiedades de la fisiología se debían a la herencia genética, él concluyó que si las personas con ‘determinadas características’ no dejaban descendencia, esas ‘características’ desaparecerían de la faz de la Tierra para regocijo y alborozo de los supervivientes. Creo que a estas alturas ya os daréis cuenta que las ‘características’ que Grant estaba interesado en eliminar eran el color negro de la piel, la homosexualidad o la raza judía, por poner unos pocos ejemplos.
Al principio pensó que, para hacer desaparecer esas "taras" tan desagradables, era necesario que los infortunados poseedores de las características indeseables dejaran de procrear y para ello  lo mejor era esterilizarlos e internarlos en guetos, pero eso salía caro y además los resultados se verían a muy largo plazo, así que en su inspiración pluscuamperfecta ideó otro camino más corto y más efectivo: exterminarlos. Esto, que se sepa, no llegó a realizarlo, pero pensarlo, lo pensó.
Algunos pueden preguntarse en qué se basaba Grant para creer que la raza negra, o la judía, eran inferiores. Pues por una razón muy sencilla, como era naturalista, él era muy observador y analítico y captó con su visión científica ―léase ‘científica’ con todo el sarcasmo posible― que los nórdicos eran los mejor preparados y por tanto los más valiosos.
Y es que Grant era un rendido admirador de la ‘raza nórdica’. En su investigación ‘científica’ llegó a la conclusión de que los nórdicos son una raza firme y fuerte gracias a los duros inviernos que deben sufrir en sus tierras nórdicas y frías, ya que eso les obliga a proveerse de alimentos, ropa y cobijo en el corto verano haciéndolos un pueblo industrioso y precavido, condiciones excelsas y muy valoradas por Grant frente al ganduleo propio de las razas meridionales y claro está, inferiores.
Esta teoría del frío y sus consecuencias en el genoma no se sostiene mucho cuando uno va a Mallorca o a la Costa del Sol y ve tanto guiri nórdico tumbado en la playa cual lagartos buscando calor o liándola parda cargados de alcohol hasta las cejas. Pero esto es otra historia, sigamos con el majete de Madison Grant.
El abogado naturalista estableció que los rasgos nórdicos eran muy característicos y fáciles de identificar: ojos azules, pelo rubio, piel clara, nariz estrecha y recta. En su libro “La caída de la gran raza” habla también del pueblo greco-romano ―los morenos y bajitos de Europa― y les concede el beneficio de reconocer que tienen una gran aptitud para el arte y la cultura, aunque son físicamente mucho más débiles que los nórdicos y esto es algo negativo. Es decir, donde esté la capacidad de dar un buen mamporro con toda la mano abierta o cerrada que se quite la destreza para escribir, filosofar, legislar o pintar bien. 
A Grant, además de interesarle el naturalismo le preocupaba lo que ocurría a su alrededor pues era un hombre responsable e implicado en los problemas de su sociedad. Y entre estos problemas se encontraba la inmigración de europeos meridionales, o sea griegos e italianos. Ver pululando por su Nueva York natal tanto latino europeo e incluso algún negro no le gustaba nada de nada. Así que sus ideas de la raza nórdica le venían que ni pintadas para atajar “el problema”. Por cierto, creo que a estas alturas no hace falta decir que Grant era de raza blanca, blanquísima.
Grant murió en 1937 sin descendencia, algo que a una servidora le parece justicia cósmica porque si la estulticia se hereda este señor tuvo su propia eugenesia preventiva. Como la espichó antes de la Segunda Guerra Mundial no pudo ver cómo sus ideas eran tan bien aceptadas y, lo que es peor, aplicadas en la Alemania nazi. De hecho, en los juicios de Nuremberg algunos mandamases nazis llegaron a alegar en su defensa que todo lo que hicieron ―exterminar a diestro y siniestro― estaba basado en las directrices de un libro norteamericano, el de Grant, aunque de poco sirvió porque fueron condenados igualmente.
Esta no es más que una muestra de cómo ciertas teorías que pueden tener su fundamento y su utilidad, en manos de gente retorcida e interesada acaban sirviendo de excusa para los mayores desmanes.
Espero que esta exposición sirva para aclarar el origen de las ideas de pureza racial y también para remover conciencias viendo algunos paralelismos actuales. Si bien ya casi nadie habla de eugenesia, las ideas de supremacía permanecen en algunos sectores y empiezan a proliferar al albur de la crisis económica. Hace unos pocos días, el almuerzo se me indigestó oyendo en las noticias cómo un político decía que había que blindar bien las fronteras con África porque a saber qué enfermedades pueden traer los que vienen de allí. Con noticias de este jaez empiezo a ver la eugenesia como una buena alternativa para purificar la raza humana. Ojalá se descubra algún día qué gen codifica la estupidez y la exterminamos definitivamente.


* En realidad la manipulación genética no suele 'eliminar' genes sino acallarlos para que no se expresen.

14 comentarios:

  1. Una muy buena entrada, Paloma. Como bien dices, si levantara la cabeza Mendel, pero también Darwin y Wallace los pobrecitos. Lo malo de las teorías científicas famosas es que se resumen en una simpleza y la gente las aplica a su manera. Eso es o que ha ocurrido en este caso con la "Selección natural". Si la Naturaleza elimina a los individuos menos aptos, ¿por qué no vamos a hacer nosotros lo mismo? Lo de menso apto, lo decide cada cual a su propio albur.
    Cuando hablando de Einstein oigo eso de que para él "todo era relativo", me subo por las paredes y lo malo es que se lee en novelas y se escucha a periodistas en la tele.
    Creo que esta sección será muy útil. Ojalá tenga la difusión que se merece.
    Un beso.

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    1. Hola, Rosa.
      Que la Naturaleza seleccione suele tener consecuencias muy positivas, que lo intente hacer la raza humana, no porque si la Naturaleza es sabia, el género humano ha dado muestras de que puede ser inteligente pero también muy estúpido a la hora de elegir sus preferencias que suelen ser interesadas y egoístas.
      Ayudarse de Einstein para justificar la tibieza en algunas posiciones a mí también me parece una idiotez.
      Gracias por desear la difusión de este blog pero de momento le cuesta arrancar, supongo que todos los inicios son difíciles y el mundo bloguero ya está muy saturado, si a esto le añadimos que una servidora se defiende como gato panza arriba en las redes sociales que son las que ayudan a dar publicidad, el éxito es más que dudoso. De todas formas, si hago caso a las estadísticas, hay bastantes visitas aunque no se traduzcan en demasiados comentarios.
      Un besote grande, guapa.

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  2. Ya he aprendido algo más, lo cual me ha resultado muy interesante conocer a Grant y su científica visión de como exterminar a los que son según él, seres humanos inferiores, y menos mal que no dejo herederos que si no apañaos íbamos.
    Y lo que resulta curioso como los nazis alegaran la base científica de Grant para intentar defenderse, vamos increíble después del gran genocidio que habían cometido, aquello no tenia ni justificación ni defensa alguna.
    Espero y deseo que esta sección tenga un muy largo recorrido porque resulta muy muy amena e interesante, así te lo deseo.
    Besos.

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    1. Hola, Tere.
      Me alegra saber que esta publicación además de informarte te ha resultado amena, pues ese es el objetivo del blog. ¡Qué bien que hayas disfrutado!
      Hay mucho interesado por ahí que, para justificarse, intenta utilizar una teoría científica reinterpretándola y dándole la vuelta para ajustarla a sus intereses egoístas, lo malo es que muchas veces cuela y se salen con la suya. Al menos a los nazis se les frenó (un poco tarde para mi gusto).
      Un besote.

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  3. Me temo que si la estupidez se eliminara de nuestro código genético...desapareceríamos como especie. En el futuro se aplicará de manera masiva para crear superbebés (como en la peli "Gattaca"), sin duda, esperemos que con mejor criterio (¿es eugenesia abortar si el niño viene con alguna discapacidad?, vaya debate más espinoso...). La propia eugenesia puede ser una trampa, porque puede mejorar la especie, pero al reducir su diversidad genética esta queda más expuesta a enfermedades epidémicas, por ejemplo. Creo yo, espero no haber dicho ningún disparate.
    En fin, un gran post.
    Saludos.

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    1. Hola, Gerardo.
      El tema de abortar cuando el feto tiene alguna enfermedad grave es más que espinoso. La legislación contempla y acepta esta práctica según qué casos, pero si se considera que el feto es de por sí un ser vivo con entidad propia (algo en lo que nuestra sociedad no se pone de acuerdo) estaríamos haciendo eugenesia como lo hacían los nazis: cargándose al más débil. Es un tema muy delicado y por supuesto sujeto a un debate que va más allá de las ideas religiosas, o así lo veo yo.
      Por eso, cuando me refería a "eliminar" una enfermedad, quise puntualizar que había que eliminar el gen, no al individuo.
      En principio, obtener un genoma "sano" no debería implicar que todos seamos iguales y por tanto la diversidad se mantendría. Hay muchos otros factores genéticos que nada tienen que ver con la salud y que nos hacen diferentes unos de otros. Pero claro, todo esto visto desde la quimera y la teoría, llevarlo a la práctica tendría sus riesgos.
      La eugenesia "buena" y la manipulación genética es un tema delicado porque subyace en el fondo un problema ético difícil de afrontar. Si una teoría exclusivamente científica está sujeta a interpretaciones, cuando además hablamos de ética, el problema se hace mucho más difícil.
      Gracias por tu visita.
      Un abrazo.

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  4. Hola Paloma, me estreno en este tu nuevo espacio y debo decir que me ha parecido un texto de lo más interesante y muy ameno en tu forma de exponer el tema de la eugenesia y sus orígenes. Pienso que es muy cierto, depende de en qué manos caen investigaciones o avances científicos puede ser catastrófico. Creer en la supremacía de una raza sobre otra o que la homosexualidad es una enfermedad que hay que erradicar es una aberración y da escalofríos escuchar algunas voces que se pronuncian en ese sentido.
    Me ha encantado haber llegado a tu nuevo espacio. Te felicito por hacernos llegar esta información de manera tan amena.
    Un fuerte abrazo y muy feliz tarde-noche.

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    1. Hola, Marina.
      La Ciencia puede mostrarse como una herramienta útil que nos ayuda a vivir mejor, el problema es que esa herramienta la usen "científicos" con intereses egoístas, o con ideas muy particulares que nada tienen que ver con el bien común.
      Siempre habrá gente interesada que pretenda emplear los conocimientos para ajustarlos a su manera, pero para eso se supone que están ahora los comités éticos, aunque cuando hablamos de ética la cosa se complica y el consenso no suele ser fácil.
      En fin, un tema peliagudo, como se está viendo.
      Bienvenida a este blog, espero tenerte por aquí a menudo, estaré encantada de recibirte.
      Un beso y feliz miércoles.

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  5. Fantástico artículo, Paloma. Educativo y, sobre todo, muy ameno. Cualquier cosa le sirve al loco para justificarse y la ciencia no queda al margen. Como muestras, el concepto de eugenesia entendida como mejora de nuestro código genético es algo objetivo, el problema moral es definir qué es lo que se debe mejorar.
    Mucho más sangrante es justificar cualquier discriminación por razón de raza con argumentos científicos. Hubiera sido "curioso" haber tenido la oportunidad de preguntarle al ínclito Grant cómo se explicaba que los primeros Homo Sapiens, los primeros de nuestra especie, que salieron de África fueron lo contrario a blanquitos rubios de ojos azules. Y es que no es razonamiento ni ciencia el tratar de buscar justificaciones a tus filias y fobias.
    Lo dicho un blog muy necesario, Paloma, en esta época en la que se llega a plantear y defender que la Tierra es plana.
    Un fuerte abrazo!!

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    1. Hola, David.
      Establecer qué es 'defecto' para erradicarlo es un tema muy complicado. Evidentemente, la interpretación de Grant era, a todas luces, torticera y absurda, pero hay otras cosas que no son tan fáciles de catalogar, es decir, ¿qué es lo que hay que mejorar? Porque incluso para definir 'enfermedad' no nos ponemos de acuerdo. En EEUU hay un debate enconado contra los implantes cocleares que hacen recuperar el oído a algunas personas sordas, hay un movimiento que considera la sordera como una característica peculiar del individuo como el ser alto o bajo y no como una discapacidad/enfermedad. En fin, que la cosa no es tan sencilla como parece.
      Cuando Grant reconoció, a regañadientes, que la civilización griega y la romana aportaron cultura y fueron determinantes en la Historia, como no se encontraba a gusto con esto, añadió que "seguramente" en esas "razas" había mezcla de algunos nórdicos (Julio César era alto y rubio) y por eso consiguieron prosperar. Teniendo en cuenta cómo se las gastaba este señor y lo obtuso que era, si supiera que los primeros H. sapiens salieron de África diría que "en el fondo" fueron los primeros Homo Nórdicus o algo así, puestos a decir tonterías...
      Gracias por tus palabras hacia este blog. Estoy ilusionada con este nuevo proyecto y, aunque no crea que convenza a los obtusos que creen que la Tierra es plana, sí me gustaría aclarar algunos temas.
      Un abrazo.

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  6. Efectivamente, las ideas que, en un principio, pueden parecer, o incluso ser muy acertadas y con una finalidad "bondadosa", pueden pervertirse en manos equivocadas o en cerebros perturbados. Muchos han sido los inventos o descubrimientos científicos pensados para hacer el bien a la humanidad y que luego han sido utilizados con fines militares, por ejemplo.
    La manipulación genética tiene, si duda, esa doble vertiente, pues una cosa es erradicar un gen defectuoso que provocará en su portador un enfermedad incurable o muy limitante, y otra muy distinta es jugar a ser dios "fabricando" seres "superiores". Aunque se establezcan comités de bioética que regulen y vigilen esa conducta, siempre existirá la tentación de hacer experimentos a lo Doctor Frankenstein.
    Darwin acuñó el término selección natural sobre las especies, pero pretender seleccionar la evolución humana a partir de intereses económicos, políticos, sociales (raciales), etc. es una barbaridad de máxima magnitud.
    Excelente artículo, Paloma, que da mucho que pensar.
    Un beso.

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    1. Hola, Josep Mª.
      Estoy contigo que la manipulación genética tiene muchas aristas difíciles de pulir y los comités de ética tienen una tarea complicada que, hasta ahora, parece que no consiguen hacer del todo bien. Y es que cuando de ética se trata la cosa se complica. En matemáticas, dos más dos, son cuatro y eso no está sujeto a interpretación, pero en ética las cosas no están tan bien definidas y ahí ya viene el lío.
      Y ya que se está hablando de egoísmos, te contaré que yo estoy 'egoistamente' satisfecha, porque al hablar de la historia y orígenes de la eugenesia he despertado la reflexión sobre lo que ahora mismo está pasando y ese era mi objetivo real. Aunque, por otra parte, la tarea ha sido fácil pues los que por aquí pasáis dais muestras de ser reflexivos y muy inteligentes.
      Abrir puertas para debatir y reflexionar son algunos de los objetivos que me he propuesto.
      Por cierto, estate al loro, colega, que la próxima publicación va de homeopatía y tomaduras de pelo varias. ¡No te la pierdas!
      Un beso grande.

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  7. Muy cierto lo que dices, y aplica no solo a ciertos términos sino también a los símbolos. Así como suelen asociar la eugenesia con los Nazis, también asocian la esvástica con el mal, siendo que su origen es muy distinto. Pero así ocurre. Después no se pueden ni traer a la mesa de discusión temas que involucren ese término o símbolo o concepto vetado, porque te ganarás el montón de etiquetas inmerecidas ya de entrada.

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    1. Hola, Alexander.
      Tienes toda la razón con lo de los símbolos que algunas ideologías se asignan como propios y no lo son. Efectivamente la esvástica tiene un origen primigenio que nada tiene que ver con el nazismo. En España algunos ideólogos también hiciero algo parecido, el símbolo del yugo y las flechas que ahora todos asocian con el falangismo resulta que era el símbolo de los Reyes Católicos, pero nadie se acuerda de eso ya, o la cruz roja de los carlistas que está tomada de la bandera de los tercios, una bandera que se utilizó mucho antes de las disputas dinásticas entre reyes y que dio lugar a esa ideología.
      Gracias por tu comentario y bienvenido a este espacio recién inaugurado.
      Un saludo.

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