martes, 11 de febrero de 2020

Gracias a ellas

Hoy es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, rescato un relato que escribí hace unos años para homenajear a aquellas pioneras cuyos esfuerzos hoy nos hacen más fácil el camino a las científicas.

"Porque, a pesar de todo, querida, lo mejor es la libertad"
Katherine Mansfield

    Nunca le gustó el color rosa, nunca le gustaron las muñecas. Cuando sus amigas se entretenían jugando a las casitas, cambiando de vestido a los muñecos y recortando flores de papel, Cecilia se ensimismaba mirando al cielo y preguntándose de qué estarían hechas las estrellas.

    Mientras sus compañeras del colegio saltaban a la comba, Ada se entretenía contando las baldosas del patio para dividir el recinto en cuadrantes donde poder distribuir a sus compañeros por grupos de edad y altura.

   Si algún compañero se hacía una herida, los demás corrían en busca de un profesor para que lo socorriera, pero Dorothy se quedada mirando cómo fluía la sangre y preguntándose qué producía ese color rojo y por qué se formaba una costra al final. Aquella niña era rara.

   La madre de Anna no entendía por qué prefería quedarse en el jardín dibujando las hojas de las plantas a ir de compras con ella. El primer juguete que Rosalind pudo elegir consistió en un juego de química y los desaguisados que organizó en la cocina de su casa fueron motivo de más de una regañina por parte de su madre que prefería que se dedicara a la repostería a que mezclara líquidos que luego olían mal y se limpiaban peor.

   Lise se crio en una familia de abogados con bufete propio. Su destino estaba marcado desde que nació, al igual que sus dos hermanos varones. Se decidió que ella colaboraría a la economía familiar ayudando a sus hermanos en tareas administrativas en el despacho.

   Pero algo se empezó a torcer en ese plan tan bien trazado cuando Aletta decidió estudiar Ciencias. Sus padres no comprendían qué habían hecho mal para que se descarriara de aquella manera. Incluso se barajó la posibilidad de que hubiera habido alguna confusión en la selecta clínica privada donde nació y les hubieran entregado un bebé equivocado. Pero Barbara les tranquilizaba diciendo que los rasgos físicos que tan parecida la hacían a su padre y el genio tan vivo que tan parecida la hacía a su madre no dejaban lugar a la duda de que ella era hija de los dos.

   Después de muchos esfuerzos, y ante la incomprensión de sus amigas que ya estaban casadas y con varios hijos a su cargo, Zoe consiguió terminar sus estudios universitarios. La curiosidad innata de Dorothea la predispuso para la investigación y realizó un doctorado. Después de una rigurosa selección consiguió un puesto en una prestigiosa universidad.

   Tras muchas peleas, y algún que otro desplante por parte de sus colegas masculinos, Marie ha conseguido que sea reconocida su labor.

   Ahora, cuando mira su laboratorio donde abundan las mujeres, echa la vista atrás y da por buenos todos los esfuerzos realizados. Gracias a ella(s) hoy otras mujeres podemos ver nuestro sueño hecho realidad.


Gracias Cecilia Ada Dorothy Anna Rosalind Lise Aletta Barbara Zoe Dorothea Marie...



Cecilia Payne-Gaposchkin,  astrónoma (1900-1979)
Ada Lovelace, matemática (1815-1852)
Dorothy Crowfoot Hodgkin, química (1910-1994)
Rosalind Franklin, biofísica y cristalógrafa (1920-1958)
Anna Atkins, botánica (1799-1871)
Lise Meitner, física (1878-1968)
Aletta Henriette Jacobs, médica (1854-1929)
Barbara McClintock, genetista (1902-1992)
Zoe Rosinach Pedrol, farmacéutica (1894-1973)
Dorothea Christiane Erxleben, médica (1715-1762)
Marie Curie, física (1867-1934)





16 comentarios:

  1. Sabiendo que estas mujeres dieron pie para que muchas mujeres se interesen por estas profesiones, bien vale celebrar este día. Un abrazo.

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    1. Tienes razón, Mamen, aunque solo sea por recordar la labor de algunas de estas mujeres, vale la pena celebrar este día.
      Un beso.

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  2. ¡Qué bonito homenaje! Cuántas mujeres hay en la historia que han trabajado sin a penas reconocimiento, y cuánto las debemos hoy en día. Te felicito por esta maravillosa entrada.
    Un beso, Kirke

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    1. Gracias, Rita. Sí que hay muchas mujeres que contribuyeron con su esfuerzo a tener más conocimiento y luego no se les reconoció el trabajo. Desde mi humilde espacio intento que algunas sean más conocidas, al menos recordadas.
      Un besote.

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  3. Un reportaje de los más inspirador, no sólo para las mujeres, también para los hombres. Cuando nos dejamos de sandeces descubrimos que es la misma curiosidad la que nos empuja a la ciencia. Mi primer regalo de Reyes elegido fue un juego de química, como Rosalind, el siguiente fue un microscopio, y antes de todo eso los libros de Julio Verne. Cuando pude me compré un telescopio. Mismas ilusiones, misma curiosidad, misma ansiedad por descubrir y conocer. Qué alegría cuando las mujeres científicas no necesitéis un día en el que se os reconozca por obligación, sino que todos los días podáis disfrutar de vuestro mérito bajo el único atrio de la Ciencia, venga del sexo que venga. Enhorabuena por un blog tan estupendo.

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    1. Muchas gracias, Jesús.
      Yo también estaré contenta de que no sea necesario recordar el papel de la mujer en la ciencia, cuando su trabajo destaque por su calidad y que sea el de una mujer no suponga algo extraño. Pero me temo que aún tendré que esperar mucho para que eso llegue. Pasito a pasito.
      La curiosidad es el motor de la evolución, nuestros ancestros se empezaron a preguntar el porqué de muchas cosas y ese es la razón de que hayamos cambiado tanto, de lo contrario aún seguiríamos viviendo en los árboles.
      Es todo un honor para este blog contar con un comentarista tan entusiasta como tú.
      Un abrazo.

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  4. Una manera excelente de celebrar este día. Me ha parecido brillante mostrarnos con esta recreación de la infancia de estas científicas muchos de los obstáculos que tuvieron que pasar para poder dedicarse a su vocación. Desde ser consideradas bichos raros, hasta las reticencias familiares. Además, me has dado a conocer una buena terna de científicas que salvo Marie Curie desconocía. Fantástico, Paloma. Un abrazo!!

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    1. Puedo prometer y prometo que todo lo que cuento de la infancia de estas científicas está basado en sus propias biografías. Es increíble cómo la mayoría hubieron de superar las trabas en su propia familia.
      Desde que hace un par de años me dio por indagar sobre las mujeres científicas, me he dado cuenta de que son legión las pioneras y además, los obstáculos de toda índole que tuvieron que superar, las hace aún más excepcionales.
      Gracias, David, por tu constante apoyo
      Un abrazo.

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  5. Por fortuna, hoy en día, salvo alguna excepción, los padres ya no tuercen el gesto cuando su(s) hija(s) se "desvían" del cauce supuestamente correcto y decicen cursar estudios de corte científico. Cuantas más mentes brillantes trabajen en investigación, del tipo que sea, más avances conseguiremos disfrutar, tanto en el modo de vida, como, en especial, en la curación de enfermedades momentáneamente incurables.
    Una interesante y hermosa forma de reivindicación.
    Un beso.
    P.D.- En tu decisión de estudiar farmacia, ¿influyó de algún modo esta reivindicación femenina?

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    1. Mi decisión de estudiar farmacia se basó en que me gustaba mucho la biología y también la química; me pareció que esa carrera aunaba muy bien las dos disciplinas. Es curioso que me preguntes eso, porque cuando ya tenía decidido estudiar la carrera, normalmente me preguntaban: "¿Tus padres tienen una farmacia? ¿Quieres poner una farmacia?" y cuando contestaba a las dos preguntas que no, me hacían la pregunta definitiva: "Entonces... ¿por qué quieres estudiar farmacia?" Y yo no entendía de qué se extrañaba la gente.
      La verdad es que al llegar a la facultad la inmensa mayoría de mis compañeros eran hijos de farmacéuticos y su intención era seguir con el negocio familiar. Pero yo no, primero me puse a investigar, luego trabajé en una clínica, luego volví a investigar, y ahora imparto docencia.
      Mi hija está en quinto de farmacia y nadie de su círculo de compañeros tiene intención de regentar una oficina de farmacia... Puede que en cierta medida sí que haya sido algo pionera, ja, ja, ja.
      Gracias por tu visita y por el comentario, Josep Mª
      Un besote grande, colega.

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  6. Un precioso relato. Te ha quedado muy bien el engarce de todas estas científicas. Desde luego, las que como tú y yo vivimos de la Ciencia, cada una a su manera, tenemos mucho que agradecerles a estas pioneras que nos fueron abriendo el camino con gran esfuerzo. Ellas consiguieron que nosotras pudiéramos seguir sus pasos (es un decir) con total naturalidad y sin escandalizar a nadie.
    Un beso.

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    1. Ahora mismo nadie se extraña de que en un laboratorio estén mujeres, o que una ponencia de un congreso la imparta una de ellas, pero debió de ser terrible cuando en la época de Marie Curie, por poner un ejemplo, eso de investigar fuera tan raro y que te miraran como si fueras extraterrestre (por no hablar del ninguneo y de no tomarlas en serio).
      Hoy, nosotras lo tenemos mucho más fácil gracias a que esos malos tragos ya los pasaron ella(s).
      Un besote.

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  7. Es un brillante homenaje a esas mujeres que abrieron el camino a las que hoy os dedicaís a la ciencia, y espero y deseo que sean muchas muchas muchas más.
    Y como bien dice Josep, afortunadamente los padres ya no son tan estrictos y suelen dejar libertad para que los hijos eligan que carrera cursar.
    Un besote.

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    1. Es cierto que los padres ya no dirigen tanto a los hijos, pero sigue habiendo ejemplos sangrantes en los que el imperativo de seguir con el negocio o con la tradición familiar obliga a algunos a estudiar cosas que no quieren y que luego solo les llena de frustración.
      Gracias, Tere. Un besote, guapa.

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  8. Un bonito homenaje Paloma, no hay diferencias entre mujeres y hombres y a esas pioneras que rompieron moldes les hemos de agradecer mucho y no solo su aportación científica sino esa valentia de dedicarse a lo que les gustaba sin importar que estuviera mal visto, abrirnos puertas. Ojalá cada vez haya más mujeres espero que se dediquen a las ciencias.
    Besos

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    1. Esa valentía que mencionas, Conxita, es lo que a mí más me admira. Yo, que soy bastante cobarde, creo que no hubiera podido con la presión de verme señalada a todas horas por hacer algo que se consideraba indebido para una mujer. Si, además, añadimos los desprecios que tuvieron que aguantar... eso ya hubiera sido demasiado para mí y creo que habría abandonado. Por eso las admiro tanto.
      Pero gracias a ellas, yo no he tenido que enfrentarme a esos impedimentos y puedo dedicarme a lo que realmente me gusta.
      Un besote grande.

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