martes, 17 de noviembre de 2020

Vacunas: ¿Quién da más?


 En la publicación anterior ya hablé de cómo la vacunación es la única forma de conseguir la inmunidad colectiva y por tanto la única manera de combatir una pandemia como la que nos está azotando.

La situación tan desastrosa que estamos viviendo por culpa de un virus ha hecho que varios laboratorios de todo el mundo se hayan puesto manos a la obra para elaborar la(s) vacuna(s) que nos saque(n) del atolladero.

Hay muchos tipos de vacunas y maneras de obtenerlas. Que nadie se me asuste que no voy a explicar en qué consisten, pero sí conviene saber que, dependiendo de esas técnicas empleadas, la vacuna va a ser diferente en su comportamiento y en su efectividad, aunque todas tienen el mismo objetivo: activar nuestro sistema inmune para que produzca defensas contra un agente infeccioso (virus o bacterias). 

Hay vacunas que solo protegen de los síntomas; este es el caso de la vacuna de la difteria o la del tétanos. Tanto en una como en otra, las bacterias responsables de estas enfermedades pueden invadir nuestro organismo si nos infectamos, pero no nos enteramos porque las defensas creadas por la vacuna previa, evitan que desarrollemos sintomatología. Las bacterias andan por ahí, llegan hasta nosotros, pero… no pasa nada. Se dice de este tipo de vacunas que no son esterilizantes o, lo que es lo mismo, que son imperfectas.

La mayoría de las vacunas son de este tipo, imperfectas, pero, ojo, que nadie se lleve a engaño con el término porque que una vacuna sea imperfecta no quiere decir que sea insegura; son cosas completamente distintas.

En el caso de las vacunas no esterilizantes puede ocurrir lo mismo que en la llamada inmunidad natural (la inmunidad que alguien tiene cuando ha pasado la enfermedad de manera espontánea al contagiarse): el agente infeccioso puede volver a ingresar en el organismo y multiplicarse. Si esto ocurre, el afectado no desarrolla la enfermedad porque su sistema inmune reacciona (ya está preparado por la vacuna o por haber pasado la enfermedad) pero sí puede ser portador de una carga vírica/bacteriana importante que le permite contagiar y enfermar a otros que no tienen las defensas adecuadas.

En otro apartado especial están las vacunas completas o perfectas, o sea, las guays; son aquellas que además de impedir que desarrollemos la enfermedad, protegen y evitan la multiplicación del virus (además estimulan la inmunidad celular que es la súper chachi entre los diferentes niveles a la hora de defenderse de una infección). Es decir, las vacunas perfectas no solo evitan la enfermedad, también protegen del contagio.

Ni que decir tiene que este tipo de vacunas necesitan mucho curro y no se obtienen de un día para otro. Se tarda mogollón en conseguirlas.

Todas las vacunas, perfectas o imperfectas, deben pasar una serie de protocolos de experimentación, sí o sí, con pandemia presente o sin ella. Es cierto que ahora mismo, ante la situación tan chunga, los protocolos se han acortado, pero que nadie piense que eso implica menos seguridad, eso nunca, lo que sí puede afectar es a la eficacia.

Antes de este coronavirus maldito, se exigían determinados parámetros de eficacia para dar por válida una vacuna. La OMS, y dado lo mal que lo están pasando los sistemas sanitarios de todo el mundo, ha bajado mucho el listón en este aspecto. Ahora mismo, la OMS daría el visto bueno a una vacuna que produjera síntomas pero que fueran leves y se pudieran pasar en el domicilio, sin necesidad de ingresar en un hospital. Así estamos de necesitados.

Por lo tanto, entre las vacunas también hay clases y algunas son más chachis que otras, pero ¿cómo está la cosa con la Covid-19? La cosa está… ¡que arde!

Hay una carrera desenfrenada por ser el primero en lanzar al mercado la vacuna contra el coronavirus y, hasta cierto punto es lógico, porque los laboratorios farmacéuticos no son ONGs y, además de dar un servicio sanitario, también buscan ganar dinero. Es así, y por mucho que nos tiremos de los pelos, no va a cambiar el sistema.

Pero no debemos olvidar que esto es una carrera de fondo: no importa tanto quién llega el primero, como la forma de llegar y en qué condiciones. O lo que es lo mismo: la mejor vacuna no va a ser la primera en estar disponible, esa llegará más adelante (recordad: las vacunas guays tienen mucho curro y no se ganó Zamora en una hora). Puede que las primeras sean las más llamativas, pero no las mejores.

Ahora mismo hay más de treinta vacunas para la Covid-19 en diferentes fases de experimentación, once de ellas en el tramo final de la última fase, o lo que es lo mismo, a punto de comercializarse. Vamos a hacer un repasito rápido sobre las principales (les pongo el nombre del laboratorio que se encarga de cada una).

Pfizer. Esta vacuna es posible que pase a la historia de la ciencia como la posible primera vacuna en ser utilizada por la población en general. Y si pongo “posible” es porque todavía no está en el mercado ya que aún no ha terminado la última fase de experimentación. El comunicado de prensa que hizo un ejecutivo de la empresa farmacéutica disparó todos los noticiarios y algunos hasta dejaron de seguir las normas de seguridad contra el contagio creyendo que solo con la noticia ya estábamos todos inmunizados. De locos.

La noticia es esperanzadora, pero aún es pronto para echar las campanas al vuelo. Yo creo que la reacción desmedida por parte de todos se basa en que estamos muy necesitados de buenas noticias; queremos ver un rayito de luz y Pzifer nos lo ha dado, aunque puede que no sea para tanto.

La vacuna se basa en un sistema original, innovador y muy “efectivo” (92%). Pero esto es lo que nos han contado los medios de comunicación del laboratorio porque los organismos independientes (y para mí más imparciales) que vigilan todos los procesos no pueden decir ni pío ya que los silencia un contrato de confidencialidad para no desvelar detalles que la competencia podría utilizar.

Este sistema se basa en crear un ARN mensajero (ARNm) que lleva cierta información del virus (la que se encarga de crear una parte de la cubierta proteica o corona, y que utiliza para ingresar en la célula a la que ataca). Cuando este ARNm llega a nuestras células, estas fabrican esa parte y el sistema inmune se activa para cargársela. Si hay un contagio, el individuo ya está preparado y se carga al virus con todas las de la ley.

El sistema es innovador y muy “fácil” de realizar, por eso han tardado tan poco tiempo en hacer algo así. Lo complicado es tener la idea, pero esa ya estaba en la cabecita de los dos científicos padres de esta vacuna (un matrimonio, por cierto, y del que hablaré en otra publicación) que andaban dándole vueltas al tema cuando investigaban tratamientos contra el cáncer.

Puede que la vacuna sea lo efectiva que dicen, y de momento nos tenemos que fiar de que lo que “dicen”, porque , y ahí reside la suspicacia de muchos, no hay nada publicado en las revistas científicas, que es el lugar donde se tienen que contar estas cosas y no en un comunicado de prensa.

A mi modo de ver, y suspicacias aparte, el sistema del ARNm es innovador (y puede que hasta efectivo), pero tiene un grave inconveniente: el material se degrada con facilidad y los preparados deben guardarse a temperaturas muy bajas cercanas a los ochenta grados bajo cero. Esto es un problema importante porque los aparatos que alcanzan esas temperaturas no los tienen casi ningún centro hospitalario (aún menos los centros de salud); los ultracongeladores suelen estar en laboratorios específicos y no abundan. Con esta cláusula de conservación la vacuna no llega a África ni de coña.

De cuánto dura la inmunidad aún no se sabe nada, o solo se sabe que dura tres meses por lo menos que es lo que lleva el primer voluntario inyectado y que aún conserva defensas. Este dato es el que más tarda en saberse porque hay que dejar pasar el tiempo y comprobar qué pasa.

Moderna. Este laboratorio también emplea la técnica del ARNm, pero parece ser que consigue que el producto resultante aguante a temperaturas más altas (2-8 grados), algo que sería más manejable. Al igual que la vacuna de Pfizer, no hay publicaciones científicas aún, así que nos tendremos que fiar de lo que nos cuenta el gabinete de prensa del laboratorio. No hay otra.

Astrazeneca, Johnson & Johnson, Novarax. Estos laboratorios no emplean ARNm, pero también se basan en activar el sistema inmune con una parte de la corona del virus. Al igual que los anteriores, están en la última fase de experimentación y es cuestión de semanas que salgan a la luz para la distribución general.

Gamaleya. Este no es un laboratorio farmacéutico sino un centro de investigación ruso. En sus laboratorios se ha creado otra vacuna a la que le han puesto nombre y todo, Sputnik V. Casi todos los datos que sabemos de ella nos han llegado también a través de ruedas de prensa, incluso del presidente Putin (este se vino arriba en un arrebato patriótico y dijo que daba una inmunidad de dos años, algo que solo puede saber porque lo vio en una bola de cristal o porque iba hasta arriba de vodka). En este caso, también se han publicado datos en una revista científica de prestigio, The Lancet; pero (siempre hay un pero) los datos publicados se refieren a los obtenidos en las fases preliminares del estudio, es decir, cuando la población estudiada se trata de muy pocos individuos (menos de 50-100), por lo que las conclusiones hay que cogerlas con prevención ya que el peso estadístico es bajo.

De momento, estas son las vacunas que parece se pondrán al alcance de la población. Serán las primeras, pero no las mejores, aunque la cosa no está para ponernos exquisitos y habrá que aguantarse.

Hay otras vacunas que están en fases iniciales de desarrollo porque los laboratorios que están con ellas buscan la perfección, es decir, que esas vacunas nos protejan a todos los niveles: no pillar la enfermedad y no contagiar al vecino. En este grupo se encuentra el equipo del investigador Luis Enjuanes que, desde el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, está desarrollando una vacuna con todo el virus; nada de un trocito, todo entero, sí señor, con un par. Los españoles cuando nos ponemos, nos ponemos y lo hacemos a conciencia, aunque eso nos lleve más tiempo. Posiblemente este equipo de virólogos nos dará buenas noticias a finales del año que viene.

Y este es el panorama que tenemos. En cualquier caso, habrá que resistir hasta que esto se controle del todo, aunque para eso aún queda, así que debemos resignarnos, después de todo la paciencia es también madre de la ciencia.



12 comentarios:

  1. La primera vacuna podrá ser imperfecta, pero esta puesta a día que nos has ofrecido es más que perfecta, ja,ja,ja.
    A mí esta carrera para ver quién es el pirmero en sacar la vacuna, me recuerda a la carrera espacial entre Rusia y los EEUU, solo que aquí compiten más países. Y otra cosa que me llama la atención es la guerra de porcentajes. "La mía tiene una efectividad del 90%; pues la mía del 92%, toma ya. Anda, pues eso no es nada, la mia sí que es buena, porque la tiene del 94,2%. Parece uno de esos chistes de nacionalidades que decía: hay un ruso, un americano y un español, y el ruso va y dice..., je,je. El problema es que la gente se lo toma al pie de la letra y no conoce de dónde salen estos números ni cómo se calculan.
    Es lógico que una determinada farmacéutica se apresure a ser la primera en sacar al mercado la vacuna. Es aquello de que quien da primero, da dos veces. Pero, como bien dices, habrá que esperar los resultados a más largo plazo. A veces los últimos serán los primeros, y esto no es de mi cosecha, ja,ja,ja.
    La conservación a una temperatura de -70 u -80 grados es un gran, enorme, inconveniente, como también lo es, aunque a mucha menor escala, tener que dar dos dosis en lugar de una, como en el caso de la gripe común.
    Y me da mucha rabia cuando se mezclan ciencia y patriotismo. Y ahí tenemos a Putin y a Trump, poniéndose medallas. Me gustaría saber las presiones a las que se ven sometidos los científicos rusos para ganar esa carrera contra reloj. Las prisas son muy malas consejeras. Más vale tardar un poco más y acabar bien y ahorrarnos sorpresas de mal gusto. Solo deseo que la información que nos llega sea verídica al 100%, no al 90%, je,je.
    Un beso.

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    1. Hola, Josep Mª.
      Esa competencia que se traen los laboratorios en mostrar más efectividad con diferencias ridículas en los porcentajes a mí me hace reír, porque entre el 90% y el 92% la diferencia es nula, puede que para los titulares de un periódico sirva, pero para quienes sabemos cómo se diseñan las estadísticas no. De hecho, me gustaría saber qué desviación estándar tienen esos datos y los intervalos de confianza, si nos dieran esos datos nos daríamos cuenta de que los resultados entre unos y otros son idénticos.
      El tema de dar dos dosis es importante, no lo he reseñado porque algunos laboratorios aún no han dado la información. Evidentemente, tener que vacunar dos veces a una población inmensa es un hándicap importante. Pero menos da una piedra y nos tendremos que conformar de momento.
      Las presiones que deben estar sufriendo los investigadores por parte de algunos gobiernos yo tampoco me las puedo imaginar,; debe de ser horrible y algo que puede influir negativamente en el desarrollo de su trabajo, pero en este caso no solo se juega la salud de la población mundial, sino también mucho dinero, prestigio y votos para el político de turno que se quiere apuntar un tanto.
      Esperemos que poco a poco, todo salga bien porque la prisa es mala compañera de la investigación.
      Un besote.

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  2. Pues muchas gracias por toda esta información porque para los que no entendemos mucho nos viene fenomenal, porque oímos hablar de esto y aquello y , en realidad, no comprendemos muy bien. Lo importante es que saquen algo ya, que sea seguro y que podamos empezar a vacunarnos, aunque no lo veo yo tan fácil y rápido como nos lo quieren vender. De momento la mejor vacuna es la mascarilla, la distancia de seguridad y evitar los grupos de gente. No nos queda otra.
    Un beso muy grande, Kirke

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    1. Todo llegará, Rita, poco a poco. De todas formas, como bien comentas, lo mejor hasta que llegue la vacuna a toda la población, y eso aún tardará, es seguir con las normas de seguridad. Hay que tener paciencia, estamos ante un problema grave pero que se puede combatir a poco que pongamos todos de nuestra parte, en el fondo no es tan complicado.
      Un besote.

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  3. Enhorabuena, Paloma. Me ha venido de maravilla este resumen de las vacunas que se nos vienen encima, sus diferencias y sus ventajas e inconvenientes. Yo creo que mientras esperamos la vacuna perfecta y que inmunice de por vida, estos primeros ensayos están muy bien. Al menos a ver si hay una cantidad suficiente de población inmunizada para que podamos retomar un poco la normalidad de la vida. Luego ya la espera se hará más agradable.
    Es lógico que las farmacéuticas quieran ganar dinero y además deben ganarlo para seguir investigando. Lo malo es que me temo que a veces, olvidan el tipo de mercancía con la que trabajan y quieren ganar dinero, mucho y de cualquier forma, como si vendieran zapatos o ropa y no es lo mismo. Pero bueno, esa es otra pelea.
    Un beso.

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    1. Ese equilibrio entre ética y ganancia empresarial de las farmacéuticas es un debate que se repite cada cierto tiempo.
      Es verdad que son empresas privadas que invierten gran cantidad de dinero para investigar y sacar adelante sus productos, pero deberían tener siempre presente que su negocio se basa en curar, que la clientela es la población enferma (o que puede enfermar en el caso de las vacunas), algo que los debe mantener alertas en cuanto a ciertas prácticas empresariales. También creo que la mayoría de estas empresas mantienen un comportamiento bastante aceptable a este respecto.
      El reparto de la(s) vacuna(s) va a ser también un problema, especialmente en los países menos desarrollados, y puede que en algunos casos solo llegue a población privilegiada, algo que habrá que vigilar también. En el caso de la UE creo que, por el momento, se está actuando correctamente (ya era hora que hicieran algo bien) respetando las cuotas por población. No obstante, ya digo que la cosa tardará, pero si empiezan por la población más vulnerable y las profesiones más expuestas (sanitarios, cuidadores, policía, etc.) creo que notaremos beneficios a corto plazo. A los demás, pues ya nos llegará.
      Un besote, guapa.

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  4. ¡Hola, Paloma! Como siempre es una gozada aprender ciencia contigo. Una explicación amena y clarificadora. No tengo dudas de que las que saquen al mercado serán seguros, pero como todo lo relacionado con este tema... puff ya habrás visto por anteriores comentarios que tengo más preguntas que respuestas y hay situaciones muy mosqueantes. Al leer el título de la entrada me ha hecho gracia porque precisamente en el trabajo bromeaba con esta "subasta" de eficacias. Hace dos lunes, Pfizer anunciaba un 90%, para alegría del ejecutivo que se llevó sus cuatro millones de dólares; dos días después la rusa un 92%, ayer Moderna ¡un 94,5%! No me extrañaría que el próximo lunes salga la de Astrezeneca con un 96,5%. La más llamativa es la de Moderna, una empresa creada hace cinco años y cuyo primer producto en el mercado será precisamente esta vacuna... Repito no dudo de que serán eficaces, pero por mucha cooperación internacional, por muchos recortes protocolarios, me extraña que solo hayan tardado apenas diez meses en conseguirlas. ¿O llevaban más tiempo investigando?. Creo que me estoy volviendo conspiranoico, ja, ja, ja... Un fuerte abrazo!!

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    1. Hola, David.
      Sé que todo este tema suscita recelos entre muchos, y no me extraña porque llevamos unos meses muy estresantes y la mente ya no da para más.
      No soy yo muy de confiar, siempre intento mantener cierta cautela con algunas cosas, pero tampoco creo en teorías conspiratorias (aunque haberlas, haylas).
      Esa guerra de porcentajes es ridícula, puede que engañen a los medios y que sirvan para dar titulares, pero ya te digo que las diferencias no son tales (90 ó 92% de efectividad es lo mismo). Como le comento a Josep Mª, habría que saber qué intervalos de confianza hay en esos resultados, es decir, el margen de variación por encima y por debajo de ese dato final y cómo se distribuye la población alrededor de esa media (no sé si recuerdas la campana de Gauss en estadística, pero por ahí van los tiros). Pero lo que dicen los laboratorios, aunque unos me den más confianza que otros, lo dejo en cuarentena y prefiero esperar a que publiquen los resultados en una revista científica, ahí tendrán que dar más explicaciones que un simple porcentaje que aislado no da apenas información. Ya veremos en qué tipo de población es más efectiva y qué síntomas provocan (que algunas dan sintomatología corta pero muy intensa, según he leído por ahí, pero nada oficial, claro).
      ¿Tú crees que llevaban más tiempo investigando? Yo también, de hecho los que trabajan en el CSIC (los de la vacuna perfecta) lo llevan haciendo desde el 2003, cuando apareció otro coronavirus que dio problemas pero que se controló a tiempo. No sé exactamente la situación de Moderna, pero los investigadores de Pfizer, el matrimonio al que aludo en la publicación, llevaban tiempo estudiando cómo atacar el cáncer activando el sistema inmune (se está viendo que las llamadas células 'Natural Killer', un tipo de linfocitos, pueden reconocer y destruir células cancerígenas), así que este matrimonio solo tuvo que "desviar" su foco de atención de una célula tumoral a un virus.
      En la publicación no he hablado de otras vacunas en curso, pero una que ha salido de un hospital barcelonés y que está a punto de experimentar en humanos, está basada en la de la tuberculosis a la que le han hecho modificaciones para adaptarla.
      Además, el tema de usar ARNm es rápido y "fácil" ya que la información que lleva es muy pequeña y por tanto no tiene demasiado trabajo con las técnicas de genética que hay ahora mismo, aunque tiene sus inconvenientes como que se desnaturaliza con facilidad y hay que emplear temperaturas muy bajas.
      A lo que voy, es que estas primeras vacunas se basan en otros estudios previos de otras cosas y se adaptan al virus, por eso no son tan perfectas como deberían.
      Yo no pongo la mano en el fuego por casi nada y casi nadie, pero lo que está pasando hasta ahora no me dan motivos para la sospecha de una conspiración, aunque ya te digo que haberlas, haylas.
      Un abrazo.

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  5. Estaba esperando yo esta entrada como agua de Mayo porque como siempre tus entradas son muy clarifica doras y esta lo ha sido.
    Yo soy de las que pienso que no hay que lanzar las campanas al vuelo con las vacunas, vamos a ver como funcionan, su efectividad y como le sienta a la gente, es decir, los efectos adversos que pueda tener, de modo que yo con mucha cautela, pero claro la gente cree que la vacuna es la salvación y no lo es, hemos de esperar todavía mucho tiempo para que de verdad podamos volver a esa verdadera normalidad.
    Ahora algo que me lleva comiendo la cabeza desde el anuncio de los distintos laboratorios esta semana y la pregunta es la siguiente ¿que pasa con la gente que dice que no piensa vacunarse ni por casualidad? ya se negaban con la vacuna de la gripe, que los hay, que pasa con toda esa gente? porque claro si hay gente que se niega a vacunarse ¿que pasa con la inmunidad colectiva? es que como en la vida hay mucho egoísta por el mundo y en esta tema no iba a ser menos. ¿crees que debería ser obligatoria esta vacuna? Lo se lo siento son muchas interrogantes, pero se que tu me las vas poder aclarar si no aquí en otro post.
    Muchas gracias como siempre por aclararnos tantas dudas y sobre todo por aprender siempre que da gusto y gracias también por contestarme a mis interrogantes.
    Un beso.

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    1. Hola, Tere.
      El tema que tocas es muy peliagudo y has metido el dedo en una llaga difícil de curar.
      Evidentemente, si hay mucha población que no se quiere vacunar, eso puede ser un problema. De momento, y hasta donde yo sé, en España no es obligatoria ninguna vacunación. En su día me informé al respecto cuando salió un caso de un niño que murió de difteria porque sus padres eran antivacunas. Resulta que la Constitución Española dice en un artículo que toda persona tiene derecho a la vida pero sin ser sometida a tratos degradantes, y en esa indefinición (yo creo que algunas leyes o artículos podrían ser un poquito más explícitos) se agarran los antivacunas porque dicen que si una vacuna "salva la vida" podría ser obligatoria (como cuando se da soporte vital a un moribundo o en huelga de hambre), pero si no está demostrado que "salven vidas" pues ya no.
      Y ahí ya la tenemos liada.
      No sé qué pasará cuando ya circulen las vacunas de la Covid-19, supongo que habrá muchos que al principio, por miedo o desconfianza, no querrán ser los primeros y preferirán esperar. Yo eso lo entiendo, pero esa población no me preocupa porque sé que con el tiempo, cuando vean que las vacunas son seguras, aceptarán vacunarse. Lo que me preocupa es ese sector negacionista que si no cree que el virus existe, ya ni te cuento lo que opinará de la vacuna, o de esos que dicen que nos van a meter un chip; esos iluminados por cuatro gurús que los manipulan, esos son los que me mosquean, porque la estupidez se contagia mucho más que el coronavirus.
      No sé qué pasará, si a nivel internacional se decretarán leyes para anular esa negación o qué. En legislaturas yo ya me pierdo, pero me imagino que se vulnerarán derechos fundamentales o alguna cosa así, aunque no sé hasta qué punto poner en riesgo la vida de los demás es menos importante que la libertad de cada uno.
      Si fuera dirigente y tuviera poder, les negaría a quienes no quieran vacunarse, la asistencia sanitaria si se contagiaran, pero supongo que eso debe de ir en contra de los derechos humanos. Aunque esta medida se pudiera implementar, que lo dudo, tampoco sería muy efectiva, porque esa gente aparte de enfermar, puede contagiar a otros y ahí ya...
      Un problema el que se nos viene encima si la cosa se extiende, espero que esos antivacunas sean minoría.
      Un besote.

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  6. Deberías trabajar en prensa, lo has explicado a la perfección y sobre todo, nos permite a los profanos hacernos una idea del asunto. En este caso creo que los medios de comunicación desinforman, porque pasan los anuncios de los gabinetes de prensa de las farmacéuticas por un tamiz sensacionalista y confunden a la población. Deberíamos exigirles más claridad, no este "sindios" que nos tiene mareados.
    Un abrazo.

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    1. Gracias por creer que yo podría informar en medios de comunicación. Puede que sea una inmodestia por mi parte, pero cuando veo las tonterías que salen en algunos... creo que yo podría hacerlo mejor.
      La locura que se desató cuando el propio laboratorio dio la noticia a mí me dejó completamente descolocada, y mira que ya llevamos unos meses de locuras y creía estar curada de espanto.
      La idea que transmitieron esos sensacionalismos fue que pasado mañana ya estaríamos todos inmunizados y que esta pesadilla se terminaba enseguida, pero nada más lejos de la realidad. Esto de las vacunas pinta bien, pero va para largo; también es cierto que si no fuera por la aparición de estas primeras vacunas (aunque no sean una maravilla) la cosa iría para más largo y con consecuencias más dramáticas. Así que no lancemos las campanas al vuelo aunque hay motivos para estar alegres.
      Yo creo que los medios pueden ser más claros y si no lo hacen es porque a algunos no les conviene. Tener el avispero revuelto les da más audiencia.
      Un abrazo.

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