miércoles, 21 de agosto de 2024

Así en la guerra como en la ciencia: Bohr y Heisenberg

 

Más de una publicación del blog está dedicada a los rifirrafes que se trajeron muchos científicos entre ellos. Las rencillas personales, los celos y hasta la paranoia provocaron que algunos genios se pelearan entre sí por acaparar el mérito de un descubrimiento o simplemente por destacar más que su oponente.

La disputa que hoy traigo va más allá de un enfado entre dos científicos, de hecho, algunos historiadores creen que en el suceso que voy a relatar no hubo conflicto sino connivencia.

En plena Segunda Guerra Mundial, dos científicos de renombre se reunieron en Copenhague, los dos eran premios Nobel de Física y los dos tenían conocimientos suficientes para contribuir a la fabricación de una bomba atómica. El problema radicaba en que cada uno se encontraba en un bando diferente de la conflagración. Con estas premisas cabe suponer que esa reunión no debió de ser muy amistosa, pero no está claro porque los dos personajes eran grandes amigos, al menos hasta que la guerra estalló. Esos dos científicos eran Niels Bohr y Werner Heisenberg.

Vamos a resumir sucintamente los campos de investigación de estos dos genios de la física.

Niels Bohr nace en Dinamarca en 1885, hijo de un catedrático luterano y una adinerada judía. Completa su doctorado en Gran Bretaña y tiene como tutor a Ernest Rutherford (un estudioso de las partículas radioactivas). Bohr se establece como profesor de física teórica en la Universidad de Copenhague y da clases a un joven alemán llamado Werner Heisenberg.  Desarrolla un modelo atómico llamado de Bohr (¡qué nombre más original!) por el que recibe el premio Nobel en 1922. Cuando Dinamarca es tomada por Alemania en la Segunda Guerra Mundial, primero aguanta el tipo porque él está bautizado, pero ser hijo de madre judía le puede acarrear problemas y decide huir a Londres incorporándose al Proyecto Manhattan en EE. UU. para fabricar armas nucleares junto a otros eminentes físicos como Enrico Fermi o Albert Einstein (Proyecto Manhattan: ética y ciencia no siempre se llevan bien).

Pasemos ahora a Werner Heisenberg (no confundir con el prota de Breaking Bad, por favor). Nace en Alemania en 1901, estudia en Múnich y con una beca se marcha a Copenhague a las órdenes de Bohr, con él aprende física y desarrolla sus propias teorías cuando ejerce como docente en las universidades de Leipzig, Berlín, Gotinga y Múnich. Gana el premio Nobel de Física en 1932 por su famoso principio de incertidumbre que, simplificando mucho, se podría resumir en que no se puede saber el momento y el lugar donde se encuentra un electrón en su órbita alrededor del núcleo; este principio revolucionario fue el punto de partida de la mecánica cuántica. En la Segunda Guerra Mundial se hace cargo del Proyecto Uranio para fabricar una bomba atómica alemana.

En 1941, Dinamarca es tomada por los nazis, Bohr, en principio, se queda en su patria y recibe la visita de su antiguo discípulo, Heisenberg. El alumno pertenece al país que ha ocupado el de Bohr. Ya se ha comentado que los dos poseen conocimientos útiles para la fabricación de una bomba atómica. ¿Qué se dijeron? Se ha especulado mucho sobre esto, pero lo cierto es que no se sabe realmente qué ocurrió en esa reunión.

Dada la implicación de Heisenberg en la creación de una bomba atómica alemana, algunos quieren limpiar su imagen explicando que esa reunión con su profesor fue una traición hacia Hitler alegando que acudió a Bohr para firmar un pacto entre caballeros (científicos) donde ninguno utilizaría sus conocimientos para crear un arma de destrucción masiva. Otros, los mal pensantes, creen que lo que pretendía el alemán era sonsacar información a Bohr sobre los avances en la creación de dicha bomba por parte de los aliados, algo ciertamente inútil porque en 1941 Bohr aún no formaba parte del Proyecto Manhattan.

¿Qué pasó en esa quedada entre colegas? ¿Pactaron no contribuir y luego si te he visto no me acuerdo? ¿Se dedicaron a añorar los viejos tiempos en que uno era el profesor del otro? ¿Repasaron viejos exámenes y el pupilo le reprochó que le suspendiera en alguno? ¿Hablaron de política en plan «tu país ha invadido el mío, quita tus sucias botas nazis de mi suelo» «nosotros somos la raza dominante así que ajo y agua»? ¿Hablaron de fútbol, de la clasificación del Bayern en la liga? Quién sabe.

Especular es todo lo que se puede hacer sobre esa reunión, pero a la luz de lo que ocurrió después se pueden obtener algunos indicios.

Si Heisenberg pretendía sonsacar información a Bohr, o el danés se cerró en banda o no sabía mucho porque Alemania, finalmente, no creó ninguna bomba atómica. En cambio, los aliados, con EE. UU. a la cabeza, sí que la fabricaron y en ese proyecto intervino Bohr (y Einstein, y Fermi) por lo que ese supuesto pacto entre caballeros (científicos) o no se dio o Bohr se lo saltó a la torera.

La implicación de Heisenberg en el Proyecto Uranio a las órdenes de Hitler convierte al alemán en un felón, pero Bohr contribuyó en el Proyecto Manhattan para hacer lo mismo y con resultados “satisfactorios”, aunque en este caso fue para los aliados que, como ganaron la guerra, no son cuestionados en absoluto. ¿Ganar una guerra es motivo suficiente para dar por bueno el aporte de conocimientos en un arma que ocasionó la muerte de cientos de miles de personas? ¿Quién de los dos es el infame?

La Historia la escriben los vencedores ¿y la Ciencia?

Siento dejar en esta publicación más dudas que respuestas, este no es el espíritu del blog, pero la realidad se impone. No obstante, el motor que mueve la Ciencia son los interrogantes que se nos plantean. Aquí ya he dejado unos cuantos.

 


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6 comentarios:

  1. Está claro que ganar una guerra da carta de validez a todo lo que se ha hecho. También es cierto que una bomba atómica en manos de Hitler da mucho más miedo que en manos de Estados Unidos y tampoco sé por qué, porque lo que hicieron con ella es terrorífico.
    Sabía de estas discrepancias y de la amistad anterior por la película Oppenheimer y por el libro en que se basa, Prometeo americano, del que tengo reseña. Lo que no se ve en ninguno de los dos, película y libro, es que Einstein participara en el Proyecto Manhattan. Por lo que se ve, no se movió de Princeton en esos años y creo recordar que no quiso saber mucho del asunto. Aunque también es cierto que guiarse por una película y una biografía, igual no es muy acertado y me faltan muchos datos.
    Muy interesante el post de hoy.
    Un beso.

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    1. No he visto la película de Oppenheimer, pero según me han contado dan una versión muy suave de este hombre, al menos si lo comparamos con otros artículos que hay sobre él.
      Respecto a los científicos que participaron en la creación de la bomba atómica, creo que se intenta "suavizar" su participación, pero es innegable que, de una manera más o menos intensa, colaboraron y ahí está. Es lo que está pasando con la intervención de Einstein, según algunos autores su colaboración fue importante, otros que no fue para tanto... a saber.
      ¿Que Hitler hubiera tenido la bomba antes hubiera sido desastroso? Seguramente. De todas formas, cabría preguntar a los habitantes de Hiroshima y Nagasaki qué les pareció que los aliados la tuvieran.
      En fin, es complicado evaluar estos temas desde la imparcialidad.
      Besos.

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  2. Hola, Paloma.
    Si, la historia nos la venden los vencedores, y nosotros no nos queda otra que creerla o bien por desconocimiento, desidia, o falta de información. O simplemente por aceptación. Hay tantas cosas que desconozco.
    Siguiendo el comentario de Rosa, no he visto la película de Oppenheimer y eso que la tengo a mano por plataforma, pero no sé la razón, ahí está. Supongo que lo solucionaré.
    Besos.

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    1. Hola, Irene.
      Yo tampoco he visto la película de Oppenheimer, pero creo que es un personaje bastante oscuro y más de lo que, según me han contado, sale en la peli. Tuvo una relación "tumultuosa" (por decirlo de una forma suave) con su hermano y la manera de tratarlo me parece indignante, así que buena persona no debía de ser.
      Respecto a no decidirte a ver la peli, lo mismo te pasa lo que a mí: es demasiado larga, ja, ja, ja.
      Un besote.

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  3. Es cierto que solemos ponernos del lado de los "buenos", que no siempre son los vencedores sino aquellos con los que congeniamos, sean del bando que sean. La pugna por disponer de la bomba atómica no deja de ser algo horrible, a sabiendas de lo que ocurriría si llegara a utilizarse, como así fue, aunque no fuera contra Alemania (el efecto catastrófico habría afectado de forma aleatoria, aunque su efecto no habría sido tan devastador como lo sería ahora) sino contra el otro enemigo: Japón. Pero ello sirvió para que el conflicto bélico tomara un cauce diferente y llevara al fin de la conflagración. Aquí podríamos planterarnos una vez más si el fin justifica los medios.
    Una aportación muy interesante, especialmete para mí, que ignoraba este "enfrentamiento" científico entre "amigos".
    Un beso.

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    1. Hola, Josep Mª.
      Tienes toda la razón, los vencedores no siempre son los buenos, aunque, a veces, nosotros estemos en ese bando. Razonar si el lanzamiento de la bomba atómica fue "necesario" es complicado. Dicen que la guerra terminó antes y que "se ahorraron miles de vidas", serían de los aliados porque en Japón...
      En fin, complicado.
      Yo me centraré más en especular qué se dirían estos dos científicos cuando se reunieron.
      Un beso.

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